viernes, 1 de enero de 2016

And the Winner Is... ¡Refugiado!



A un día de acabar el 2015, no solo ponemos fin al año sino a una de sus mayores incógnitas lejos de si Benzema será o no judicialmente sancionado o si Ramoncín vestirá de capa y pajarita para dar la bienvenida al 2016. El fin de año mediático nos desvela también “la palabra del año”.
La Fundéu, o Fundación del Español Urgente, organismo que asesorado por la RAE se encarga del buen uso del idioma principalmente en los medios de comunicación, tropieza con una frivolidad involuntaria cuando se trata de anunciar, como si de una gala de los Oscar se tratara, la palabra “vencedora” del año.
Los peques de la foto evidencian la complejidad del asunto con un toque de inocencia. Apretándose las manos y con gesto de posado fotográfico pero inmerso en su realidad más trágica, parecen escuchar el resonar de tambores que antecede una entrega de los Grammy, o la entrega del premio “actor revelación” o  la salida de los leones en el circo. ¡Trrrrrrrrr! —¡Refugiado!. Sí, es la palabra y la pesadilla del año, o más bien, de hace años.
Muchas veces el periodismo libera sus efectos secundarios negando la percepción de la realidad con el sobre uso de su jerga. Esto ha ocurrido con la palabra ganadora, que de tanto escuchar “refugiado”, ya no sabemos ni a lo que nos referimos. Pensándolo mejor, sí, podríamos enmarcar a los pequeños dentro de un circo donde, al azar, son sometidos a merced de tigres, leones, aguas heladas, verjas con pinchos o hambre. Los tres peques que posan en la foto arriesgan convertirse en cifra, en carne de león hambriento cuando la comunicación cae, sin pretenderlo, en un show mediático.




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